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La madera no solo tiene la capacidad de almacenar CO2, sino que ofrece alternativas en la sustitución de combustibles fósiles y en procesos de alto consumo de energía que no son renovables.
Energía. La generación de energía eléctrica por biomasa forestal ya es una realidad en el país.
La actividad humana tiene responsabilidad directa en el cambio climático que puede provocar efectos devastadores en el planeta. Y la principal emisión de los gases de efecto invernadero (GEI) se da por el uso de combustibles fósiles. Esto ha motivado a trabajar en una agenda global que busca reducir las emisiones de CO2 a través de un cambio en la matriz energética al mismo tiempo que en una transición productiva y de consumo, que logre la carbono neutralidad para el año 2050.
En esa agenda, los bosques nativos y las plantaciones forestales deben ser considerados primordiales, ya que constituyen la solución más eficiente basada en la naturaleza para la absorción de CO2 de la atmósfera.
La cadena foresto industrial asegura un futuro sostenible
El uso de la madera proveniente de una gestión sostenible hace un aporte importante a la transición energética, productiva y de consumo al permitir sustituir productos no renovables y de uso intensivo de energía por otro renovable y de baja emisión de GEI.
Además, la madera no solo tiene la capacidad de almacenar CO2 en sus usos sólidos (construcción, muebles, pisos, etc.) sino que ofrece alternativas en la sustitución de combustibles fósiles y en procesos de alto consumo de energía que no son renovables. Todo esto se traduce en una estrategia altamente beneficiosa para la descarbonización de diversas cadenas productivas.
La foresto industria suma nuevos productos y materiales a la bioeconomía
En un futuro próximo una gran cantidad de nuevos materiales y productos se seguirán sumando a este círculo virtuoso. Fibras textiles con las que se producen ropa de cama, toallas, ¿jeans?, ropa interior e incluso vendajes médicos, todos realizados con tejidos sustentables provenientes de la madera. Recientemente se ha presentado una línea de calzado hecha con fibra proveniente de eucalipto.
En la misma línea, podría afirmarse que ya existe una “revolución sostenible” liderada por “bioproductos” como una alternativa frente a los productos de síntesis química con sus ya conocidas consecuencias medioambientales. Los bioproductos son derivados de organismos vivos como vegetales, hongos, bacterias, madera y otras materias biológicas cuyo carácter natural, renovable y apropiado para la innovación, los convierte en una solución prometedora para el desarrollo sostenible.
De hecho, un informe reciente de la ONU denominado «Materiales de construcción y el clima: Construyendo un nuevo futuro” expresa la necesidad mundial de cambiar, priorizar y utilizar madera y otros materiales biológicos para frenar la degradación de los ecosistemas, lo que podría representar ahorros de emisiones de hasta un 40% para 2050. La construcción de proyectos “verdes” no solo minimiza el impacto ambiental de la construcción actual, sino que también será rentable a largo plazo.
Fuente de generación de energía limpia y renovable
La generación de energía en base a biomasa forestal, ya sea eléctrica como térmica, es uno de los aportes de las forestaciones no solo para lograr una matriz energética con mayor participación de las renovables y menos intensa en emisión de gases de efecto invernadero (GEI), sino, además, para ser una opción más competitiva como energía térmica para hogares, comercios e instituciones.
La generación de energía eléctrica por biomasa forestal ya es una realidad en el país. Las principales inversiones y anuncios de inversiones “greenfield” en el sector forestal de los últimos 5 años provienen de inversiones en plantas de bioenergía.
Pero en Argentina existen grandes volúmenes de biomasa de origen forestal sin aprovechar. Según estimaciones de Probiomasa, se trata de subproductos provenientes de dos fuentes. Por un lado, los disponibles en la foresto industria, como consecuencia del rendimiento de los aserraderos que es cercano al 50%, y se ha estimado en 2 millones tn/año.
Por el otro, en las plantaciones quedan residuos de las podas, raleos y de la tala rasa, que se estiman en volúmenes mayores a 5 millones tn/año.
A esto se suma el potencial de manejo sustentable del bosque nativo que permitiría actualmente obtener más de 9 millones de tn/año. La utilización de este volumen potencial en energía permitiría instalar del orden de 4.200 MW de generación térmica.
La cadena foresto industrial representada en CONFIAR
Desde su creación CONFIAR –Consejo Foresto Industrial Argentino– se proyecta con el objetivo de actuar en forma conjunta en temas sectoriales con mayor fortaleza y articulación en la representación de toda la cadena foresto industrial, desde la actividad forestal hasta el agregado de valor en todas sus formas.
Es en ese punto, haciendo especial hincapié en una mirada sustentable e integral de la industria. Cada etapa de esta producción es un modelo a seguir, con la utilización de la más alta tecnología, rigurosas certificaciones internacionales, innovación, creatividad y una multiplicidad de actividades económicas vinculadas, que hacen crecer a todo el sector impulsando la bioeconomía como forma de articulación.
Los integrantes de CONFIAR – la Asociación de Fabricantes de Celulosa y Papel (AFCP), la Asociación Forestal Argentina (AFoA), la Asociación de Fabricantes y Representantes de Máquinas, Equipos y Herramientas para la Industria Maderera (ASORA), la Federación Argentina Industria Maderera y Afines (FAIMA) y la Sociedad Rural Argentina (SRA), tienen un rol y un compromiso profundo con un futuro sostenible.
Como bloque industrial, CONFIAR representa a un sector que involucra a 1,3 millones de hectáreas de plantaciones forestales; incluye a 13.000 productores forestales y más de 6.000 empresas. Emplea en forma directa y formalmente a más de 100.000 personas y exporta alrededor de 700 millones de dólares anuales y que fácilmente podría aumentar a más de 2,6 mil millones.
FUENTE: ÁMBITO